jueves, 23 de agosto de 2018

Tu mano en mi espalda

se me fue de poquito, desatando…
se abrió..
de a poco..
Iniciò con tus dedos en mi espalda,
tus manos penetraron 
yo silenciosa en la penumbra, 
observando la pared y las pinturas
mùsica tenue , vasos en la mesa pobre 
yo silenciosa, sin moverme, 
con respiro leve 
solo sintiendo
tu mano en mi espalda..
adivinando la cercanía de tu cuerpo..
sintiendo las caricias..
La piel se me arranca
solo despacio en silencio
saboreo hasta ahora 
como me abrì de nuevo
en esa loca madrugada..


Desatando miedos y palabras.

Vencí los miedos de mi cuerpo
y tú con delicadeza nunca imaginada…
Desataste todo….
Fuimos tejiendo de a poquito las caricias..
en silencio todo lo sentí….
el silencio me acompaña..
me cuesta hilvanar palabras
majestuosas, rimbombantes,
expresar la emoción de los segundos..
 de los minutos antes..
quizá la historia vivida en otros tiempos
selló mis formas de hablar de lo que siento..
quizá fui yo siempre con mis miedos..
quiza es todo eso y más..


La no espera.

Me gusta la espera,
esa enorme y apasionada
forma de la espera,
ese sentir de la espera,
donde entonces es
con tanta fuerza la espera,
tanto se preparan y
disfruta mi cuerpo la espera,
que se me pierde en la nada,
que me envuelve
el torbellino de la espera,
de tus dedos,
de tu lengua,
de tu boca,
de todo tu,
que da lo mismo,
ya no espero nada..
esta ahí,
sin llegar a todo,
estoy en el todo…
estoy desesperándome
exquisita y
lentamente en la espera..

Explorando.

Entonces te exploro..
voy de a poquito,
despacito,
buscando mas caminos de disfrute,
y en todo te encuentro..
es simple..   
en todo te encuentro..
en así.. simple
en este encuentro

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